Segunda etapa concluida y hoy los Pirineos por fin han hecho acto de presencia, ¡¡¡empezamos a disfrutar!!! He salido huyendo del loco tránsito de miles de camiones de La Jonquera, para pelearme con un bosque de alcornoques lleno de pistas que se cruzaban unas con otras y en donde escaseaban las tan ansiadas marcas blancas y rojas. No sé cómo lo he hecho, pero hoy no me he perdido y he podido disfrutar de preciosos senderos por bosques encantados y con frescas aguas que fluían por pequeños manantiales cristalinos. He disfrutado de amplias panorámicas del Emporda y he descubierto antiguas iglesias y ermitas enclavadas en medio de la nada, a las que no entiendo qué feligreses irían en sus tiempos de auge. Muy devotos debían de ser….
Aunque hoy no todo ha sido de color de rosa. Tras engullirme un bocadillo de tortilla y dos cervezas que me han sabido a gloria, que ya lo dijo el de ahí arriba, “¡no solo de pan vive el hombre!”, he dejado atrás el pueblo de Albanya y me he dispuesto a subir la cima de Bassegoda (nombre que puede tener origen vasco, Goiko basoa, que significa el bosque de arriba). Pues me esperaban nada menos que diez km de cemento… 13:30, un calor insoportable,… Menos mal que el resto de la etapa ha sido preciosa, sin excusas, ¡¡hoy he disfrutado como un niño!! A las 20.00, tras 12 horas y media de puro Trail Running he llegado a Beget. Buscar donde dormir, ducharme con la ropa para así limpiarla para mañana, cenar, escribir la crónica del día y a la cama. ¡¡¡Mañana más y mejor!!!