TRANSPIRENAICA By COMPRESSPORT Día 10, Izaba – Sorogain

21_07_01

Como todo en esta vida, parece que poco a poco esta aventura también está llegando a su fin y ahora mismo estoy entre feliz y triste. Feliz, porque voy a ver realizado mi sueño, y triste, porque se termina esta aventura que seguro me dejará marcado para siempre (espero no terminar en un psiquiátrico, que tras ver mis vídeos todo puede ser…).

21_07_01

Para no perder la costumbre de los últimos días, hoy también he dormido poco y a las 6 ya estaba preparando todo para partir. Como son las fiestas patronales de Izaba, cuando he salido a la calle todavía había gente de fiesta y les he dado el momento gracioso de las 6:00. Normal, imagínate, tú estas de fiesta con un pedo de la leche, y de repente, de un portal, sale un enano disfrazado de no se qué y con una bombilla en la cabeza… ¡¡¡¡Pues me han hecho la ola!!!! Bueno, nosotros a lo nuestro. Hoy la nota predominante del día la ha puesto la climatología, cómo se nota donde estamos…

20_07_04

Los primeros 5 km del día han sido preciosos, subidita por calzada en vía crucis hasta la ermita de Idoia y luego sendero precioso por un bosque de Robles. Hacía fresco y llovía un poco, pero estaba disfrutando. Pero una vez llegado a Kakueta, ha empezado el festival de pistas de piedrilla cochina y así hemos ido hasta Otsagabia. Un té y un pincho de tortilla en Otsagabia para entrar en calor y me he puesto con la segunda etapa del día. A decir verdad, de la segunda parte del día, paisajísticamente hablando, poco puedo decir, pues ha transcurrido casi en su totalidad tras una densa niebla y poco he podido ver. Es más, ha habido un momento que incluso me he asustado de toda la niebla que había y no veía ni las marcas…

21_07_01

Utilizando todas mis habilidades de orientación, que son nulas ( si no que pregunten a los que suelen asistir a las clases de orientación del training camp de la Transgrancanaria), he conseguido llegar Orbaizeta, donde he parado para comer algo.

21_07_01

Tras la comida, unos tímidos rayos de sol han hecho su aparición en las verdes tierras del Valle de Aezkoa y con la moral y las fuerzas renovadas, he emprendido el camino a la última etapa del día. El trayecto entre Orbaizeta y Auritz es, simplemene precioso. Es un continuo sube-baja por bosques y senderos bien marcados y en donde hoy el rey ha sido el barro. Tras algún que otro patinazo, he conseguido llegar a Auritz en perfecto estado y como todavía era pronto y me sobraban unas pocas fuerzas, he decidido hacer los diez km que separan Auritz y Sorogain, para así tener que hacer menos kilómetros mañana…

Mañana mi última cronica. Todo lo bueno se acaba…

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